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lunes, 13 de agosto de 2012

Walter Brennan, la quintaesencia del gran secundario

Photobucket Photobucket Photobucket Photobucket Walter Brennan ha representado la quintaesencia de los grandes secundarios que brillaban ( y muchas veces más que las estrellas protagonistas) en el dorado periodo de los Estudios en el cine estadounidense. Su versatilidad asombraba. Como su físico variaba notoriamente, interpretara con dentadura postiza o sin ella ( había perdido los dientes en un accidente en 1932). Costaba asimiliar que el gruñón y entrañable Stumpy de 'Río Bravo' (1959), o el cocinero que se pasaba gran parte del metraje intentando recuperar su dentadura en postiza en 'Río Rojo' (1948), ambas de Howard Hawks, fuera el severo e inclemente Clanton de 'La pasión de los fuertes' (1946) o el Inflexible juez Roy Bean de 'El forastero' (1940), de William Wyler, cuya mirada en unos segundos podía afilarse más ferozmente que un sable. Fue en muchas ocasiones el escudero del héroe, gruñón, ocurrente, leal, aportando su dosis de sentido común, o reflejando los pies de barro, el talante quebadrizo en el que a veces convenía reflejarse al obstinado héroe. Ahí están las citadas películas de Hawks, o 'Tierras lejanas' (1955), de Anthony Mann, o, ya con dentadura postiza, en 'Tener y no tener' (1944), de nuevo con Hawks, 'Juan Nadie' (1941), de Frank Capra, en 'El orgullo de los Yankis' (1942), de Sam Wood, o Paso al noroeste' (1940), de King Vidor, en la que, como efecto realista (no muy habitual entonces), la dentadura postiza la llevaba tiznada de negro para reflejar que estaba en mal estado como era habitual a mediados del XVIII. Pero también fue la figura de autoridad, o paternal, cabal e influyente, como en 'Los verdugos también mueren' (1943), de Fritz Lang, 'El sargento York' (1941), de Howard Hawks, el doctor de 'Conspiración de silencio' (1955), de John Sturges, 'Puente de mando' (1949), de Delmer Daves, o padre persistente en sus sueños en 'Centennial summer' (1946), de Otto Preminger. Photobucket Photobucket Ganó tres veces el Oscar al mejor actor secundario, por la citada de Wyler, y previamente con 'Come n' get it' (1936), de Hawks y Wyler, y 'Kentucky' (1938), de David. Al inicio de su carrera tuvo apariciones no acreditadas en 'El hombre invisible' (1935), y 'La novia de Frankenstein' (1935), ambas de James Whale. En 1936 empezó a conseguir papeles de más entidad, como con Fritz Lang, en 'Furia'. Trabajó también con Norman Taurog en 'Las aventuras de Tom Sawyer' (1938), Jean Renoir, 'Aguas pantanosas' (1940), Henry Hathaway, 'Home in Indiana' (1944) y 'La conquista del Oeste' (1962), Jean Negulesco en 'Nobody lives forever' (1946) y 'Un grito en los pantanos' (1952), Henry King en 'El explorador perdido' (1939), Lewis Milestone en 'The north star' (1943), Robert Wise, 'Sangre en la luna' (1948), Raoul Walsh en 'Camino de la horca' (1951) o Burt Kennedy, 'También un sheriff necesita ayuda' (1968).Y, como colorín colorado, y recuerdo y homenaje a mi primera infancia, su protagonista en 'El abuelo está loco' (1967), de Robert Stevensón. Yo también veo duendes. Por lo menos, mientras siga disfrutando de la presencia de Walter Brennan en cualquiera de las obras que protagonizó en su admirable filmografía.

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